Llegamos al último día del foro, un último día que continuará pulsando en muchas de nosotras por días, semanas y quizá su fuerza, su energía inspiradora nos lleva de la mano durante el resto del año y el próximo.
Por Gabriela De Cicco
La plenaria, más que un balance, fue una especie de mapa de lo que fue sucediendo durantes estos cuatro intensos días. La necesidad de recrear los espacios de activismo, de encontrar nuevas estrategias para poder mejorar nuestro trabajo y ser más inclusivas. Permitir el diálogo intergeneracional pero que las voces de las jóvenes sean realmente oídas han sido temas más que recurrentes.
El poder de los movimientos reside en las elecciones política que hacemos. Lo personal es político, y el poder, el manejo del poder debe ser una respuesta abierta y además debe profundizarse la reflexión sobre su uso, sobre quiénes lo detentan. Esta reflexión tiene que se hecha desde adentro hacia fuera. El poder no es estático, puede cambiar de manos, debe cambiar de manos y de geografías. Pensar que si una tiene poder hay otra persona que no lo tiene; hay que ver lo relacionado con los privilegios y los no privilegios. Tenemos que aprender a compartir en las diferencias.
Hay que tener claro que la invisibilidad de las jóvenes es una cuestión de relaciones de poder; y hay que poder crear espacios seguros de activismo, de encuentros.
Durante el foro se han podido recoger ideas, inquietudes, búsquedas que Srilatha separó en cuatro grupos: las corrientes, las corrientes subterráneas, lo visto y oído y por último ausencias y silencios.
Corrientes
- Necesidad de una forma de trabajo intergeneracional.
- Análisis del poder, de nuestro poder.
- El feminismo como una fuerza que nos organiza.
- Necesidad de analizar el uso y abuso del poder. Reconocimiento de las estrategias de poder y poder crear nuestras propias herramientas.
- Nuevas reglas de participación y rendición de cuentas.
- Celebración de la diversidad del movimiento.
- Dejar atrás el aislamiento y la discriminación.
- Activistas jóvenes. Proceso de aprendizaje de compartir con otras generaciones.
- Ver las políticas de financiamiento.
- Crear espacios para el diálogo contando con nuestro derecho a reunirnos, y re-ver como las ONGs han llegado a sustituir a los movimientos.
- Reconocer el poder de las artes como una forma de resistencia y supervivencia en situaciones difíciles.
Corrientes subterráneas
- Seguridad invadida por personas que han venido a juzgar otras formas de ser, de amar, de pensar.
- Todas trabajamos para crear un espacio seguro pero aún no sabemos proteger esa seguridad.
- Aprender a escuchar y respetarnos.
- Tensión entre donantes y beneficiarias.
- Dilema por la competencia de los recursos.
- Rechazar los paradigmas binarios: bien/mal, por ejemplo. Romperlos para tener marcos más amplios.
- Se habló de qué es lo mejor de ser una persona con discapacidades. Sus poderes propios.
- Cómo romper el techo de vidrio. Las soluciones vienen del Sur, de las jóvenes, y de las esferas más marginalizadas.
Visto y oído
- Miedo a que nuestras palabras no se oigan.
- No podemos proteger nuestros derechos y le pedimos al exterior que lo haga.
- Cónclave lésbico.
Ausencia y silencio
- Falta de discusiones sobre los DD. Económicos y la explosión del poder neoliberal. No hay revolución posible sin comida ni trabajo.
- Modelos alternativos de desarrollo.
- Necesidad de un análisis interseccional: conflictos armados, fundamentalismos, sexualidades, discapacidad.
- Ausencia de los medios masivos ayudando a forjar nuestros derechos.
Pasos hacia delante:
- nuevas estrategias prácticas del feminismo.
- Cerrar brechas fortaleciendo los Movimientos.
- Inclusión de todas en grupos y ongs.
Dos renacimientos: la creación del Fondo de Jóvenes Feministas y la creación de un partido político de mujeres.
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